EL TELESCOPIO
¡La ciencia no se detiene! En estos días la NASA lanzará al espacio exterior un telescopio súper potente que permitirá observar horizontes nunca antes alcanzados por la vista del humano. Sin duda se esperan nuevos avistamientos en los próximos años, por esa razón, en esta semana abordaremos a profundidad el aparato llamado “telescopio”. Conocerás su historia, las partes que lo componen y cómo funciona el telescopio espacial Hubble.
Subtema 1: La historia del telescopio
No es exagerado decir que el telescopio fue un invento que revolucionó la ciencia. Su historia se remonta al año 1609, cuando Galileo Galilei presentó su nuevo artilugio en Venecia, Italia. Muchos lo tacharon de diabólico, no obstante, el cielo ―y sus sagrados misterios― se abría ante los ojos del hombre. Así inicia la apasionante evolución de aquel tubo con dos lentes: el telescopio.
Es cierto que desde la antigüedad ya se sabía que una esfera de vidrio puede utilizarse para aumentar imágenes, pero fue hasta mucho más tarde que alguien decidió ensamblar dos lentes en un tubo y mirar a través de él; aunque la fecha, lugar y autor parecen no estar muy claros. Los holandeses se inclinan por el 2 de octubre de 1608, cuando Hans Lippershey patentó un instrumento conocido como “kijker”, que significa “mirador”.
Lippershey era alemán, vivía en Holanda y patentó su invento en Bélgica, por lo que varios países reclaman el honor de su autoría. Sin embargo, como dijo Darwin, “en la ciencia el crédito es del que convence al mundo y no del primero que tiene la idea”; y es por eso que la gloria se la llevó Italia gracias a Galileo Galilei.
Las mejoras introducidas por el genio italiano, que utilizó una lente convexa para el objetivo y una cóncava para el ocular, permitieron usar el aparato como instrumento astronómico. El alemán Johannes Kepler fue el primero en usar dos lentes convexas que enfocaban los rayos en un mismo punto, creando el telescopio refractor en 1611.
Galileo acudió a los poderosos y les enseñó las lunas de Júpiter y las orejas de Saturno con el objetivo de “hacerles ver” y confiando en que no iba contra la Iglesia porque su propósito “no es determinar cómo van los cielos, sino cómo ir a ellos”. Sin embargo, Galileo pasaría sus últimos días en arresto domiciliario e intelectualmente olvidado.