Subtema
3: El experimento del prisma
Newton, el científico más creativo y completo que ha dado la Historia,
no escapó a la fascinación por la luz. En 1667 presentó ante la Royal Society su experimento sobre la
descomposición de la luz solar.
En aquella época dominaba la idea de Descartes de que la luz estaba
compuesta por pequeños corpúsculos. Los colores eran la mezcla de luz y
oscuridad, en distintas proporciones. Antes que Newton, Descartes ya intentó
descomponer la luz, pero sólo logró obtener los colores rojo y azul.
Newton empleó un par de prismas de vidrio que, por entonces,
eran populares como juguetes infantiles. Así que fue un experimento muy barato.
Preparó una estancia en total oscuridad.
Sólo a través de un agujero en la ventana entraba un rayo de luz solar. Colocó
el prisma delante del rayo de luz,
de modo que lo atravesara y reflejara la luz en la pared opuesta, a 7 metros de
distancia. En la pared aparecían los colores
del arcoíris de forma alargada, uno sobre otro.
Había dos posibilidades. O bien el prisma daba color a la luz, o la luz
era la mezcla de todos los colores y el prisma se limitaba a descomponerla.
Para comprobarlo, utilizó el segundo prisma. Tras la luz descompuesta en
colores colocó otra pantalla con un agujero, a unos 3 metros. Por este agujero
fue haciendo pasar los colores de uno en uno. De modo que, detrás de la
pantalla, sólo podía verse el color elegido. Por ejemplo, el rojo. Una vez
aislado un color, lo hacía pasar a través del segundo prisma y lo reflejaba en
otra pared.
Comprobó que ahora sólo cambiaba el
ángulo, pero no el color. Es decir, si habíamos aislado el rojo, al atravesar
el segundo prisma seguía saliendo rojo. Y así con todos los colores. Dedujo que
los colores del arcoíris eran colores
puros, mientras que la luz blanca era la mezcla de todos ellos. El prisma
no añadía ninguna cualidad a la luz, sino que la descomponía. Al proyectar los
colores y juntarlos de nuevo, la luz volvía a ser blanca.
El experimento causó sensación en la
Royal Society. Newton logró descomponer la luz solar, pero siguió sin saber por
qué. Entonces aún no se conocía la naturaleza ondulatoria de la luz.
Hoy sí la conocemos: los colores son ondas, y cada color
tiene una longitud de onda diferente. Las longitudes de onda son más largas
cuanto más se acercan al rojo, y más cortas hacia el violeta. Cuando la luz
blanca entra en el prisma, cada color toma un camino distinto y lo atraviesa a
distinta velocidad. Salen reflejados con distinto ángulo. Por eso los colores
se separan y se ven en la pared de forma alargada uno sobre otro, y no
circular.
Es el mismo proceso que forma el arcoíris.
Las gotas de agua actúan como el prisma. La luz solar se refleja en la cara
interna de las gotas de lluvia y se descompone en colores.
Una curiosidad: Newton estableció que
la luz blanca se descomponía en siete colores. Podría haber dicho seis u otra
cifra (¿alguien sabe qué clase de color es el añil?). Se debe al peso de la tradición griega en nuestra cultura
europea, donde el número siete es fundamental. De ahí que se repita tanto,
incluso en los cuentos infantiles de tradición europea. Es la misma razón que
llevó a Pitágoras a fijar en siete las notas musicales.
Fuente:
https://www.astromia.com/astronomia/newtonluz.htm